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Tipos de glóbulos blancos

Los glóbulos blancos, llamados también leucocitos, son un tipo de célula que se produce en la médula ósea y que se encuentran en el tejido linfático y en la sangre. Este tipo de células forman parte del sistema inmunitario del ser humano y evitan el padecimiento de diferentes tipos de enfermedades.

Estas células se dividen en varios subgrupos que presentan funciones específicas. La mayoría de ellos ayudan a combatir enfermedades e infecciones con la ayuda de otras “barreras” como la piel y las mucosas. Cabe destacar que su incremento o su ausencia pueden ser la causa de muchas enfermedades. Algunas de ellas pueden revestir un gran peligro para la salud de quien las padece.

Tipos de glóbulos blancos

Los glóbulos blancos ayudan a combatir infecciones y diferentes tipos de enfermedades.

Tipos de glóbulos blancos

Granulocitos

Son los glóbulos blancos más comunes, pues representan entre el 70 y el 75% del conjunto que se puede encontrar en el torrente sanguíneo. Dentro de este grupo se encuentran los neutrófilos, los basófilos y los eosinófilos.

Neutrófilos

Miden entre 9 y 12 micrómetros y se originan en la médula ósea donde se almacenan hasta ser enviados al torrente sanguíneo. Debido a su tamaño pequeño pueden viajar por los vasos sanguíneos y penetrar los tejidos infectados. A lo largo de su vida pueden llegar a matar entre 3 y 20 bacterias por medio de la fagocitosis y la liberación de enzimas hidrolíticas.

Basófilos

Son los glóbulos blancos menos comunes. Su madurez la alcanzan luego de 3 días y permanecen en la sangre por unas pocas horas hasta que mueren. Son los glóbulos blancos de mayor tamaño ya que miden entre 12 y 15 micrómetros. Se encargan de liberar histamina, heparina y serotonina, entre otros compuestos como respuesta antiinflamatoria del organismo.

Una célula sanguínea pasa por varias etapas bien definidas antes de convertirse en un glóbulo blanco, uno rojo o en plaquetas.

Eosinófilos

Tienen un tamaño muy similar al de los neutrófilos y su vida media en la sangre no supera los 4 días. La mayor cantidad de ellos se encuentra en el área de los tejidos. Su función consiste en detectar y destruir larvas y también parásitos que puedan infectar el organismo. Además equilibran la respuesta alérgica a algunos compuestos en particular.

Agranulocitos

Son células que no contienen gránulos y cuya naturaleza es mononuclear. Dentro de este grupo se encuentran los linfocitos B y T. Los linfocitos B se encargan de detectar cualquier patógeno que ataque el organismo y lo inmovilizan. Por otro lado, los del grupo T se encargan de neutralizar lo patogénico de las células que fueron infectadas por microorganismos.

Monocitos

Son los leucocitos de mayor tamaño ya que alcanzan los 18 micrómetros. Se forman en la médula ósea y el proceso dura aproximadamente entre 2 y 3 horas. Permanecen en el torrente sanguíneo como máximo por 36 horas debido a que viajan en forma rápida a la zona infectada, sobre todo cuando se trata de tejidos. Se encargan de comer los patógenos que pretenden infectar el organismo. Se calcula que, a lo largo de su existencia, pueden destruir unas 100 bacterias siendo los de mayor capacidad entre todos los nombrados anteriormente.

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